Caso real: Daniel Otman

Estudiante de 2o de Biología en la Universidad de las Islas Baleares, afirma que «cuando no sabes lo que tienes, y ves que el esfuerzo que haces no se ve reflejado en las notas, te crees que eres tonto». Durante la primaria y la ESO, vio que necesitaba tiempo extra para dedicar al estudio porque no veía resultados en las notas. En Bachillerato, empezó a tener insomnio y llegó a pasar por tres depresiones, hasta que le detectaron la dislexia. Entonces, fue durante dos años a clase de logopedia para aprender distintas técnicas de estudio. Para la selectividad, hay unas aulas para alumnos con dificultades y necesidades especiales, con adaptaciones que les favorecen a la hora de llevar a cabo el resultado.

Daniel afirma que en su Universidad, tienen muy en cuenta las adaptaciones que deben hacer a alumnos como él, y ya en el primer curso sacó dos matrículas de honor. Tal y como refleja su testimonio, el camino es duro hasta que llegas a entender qué te pasa y tienes a mano técnicas que te permiten mejorar y no sentirte inferior al resto.

Irene Herrero

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